La valentía de una madre soltera


Hola Paloma,

Gracias por darme la oportunidad de compartir mi historia para su publicación.

Mi emprendimiento comenzó en 2020. Mi marido me dejó por otra mujer y me quedé sola con mi bebé de seis meses. Mi madre, que es mi única familia, nunca me ayudó ni me apoyó; de hecho, no quiere a mi hija. Así que me encontré completamente sola, afortunadamente  pude quedarme en la casa que teníamos.

Me quedé sin un centavo y con una bebé de seis meses a mi cargo. Yo no sabía cocinar mucho, ni era muy hábil en general; solo sabía limpiar y cuidar niños, entre otras cosas.

Entonces, empecé a ver videos tutoriales en YouTube y compré todo lo necesario para hacer unas tartas. Al principio, me salieron fatal: no tenían sabor, quedaban crudas y pegajosas. Pensé en rendirme, pero no era una opción. Fue prueba y error, prueba y error, hasta que por fin me salió una bien.

La corté en porciones, la puse en una bandeja y me fui a una esquina céntrica de mi ciudad a ofrecerla por porción a la gente que pasaba. Para mi sorpresa, me compraron. El primer día la vendí casi toda; solo me quedó una porción que me comí camino a casa.

Al día siguiente, preparé dos tartas más y a media tarde me fui con mi nena, que entonces tenía seis meses, e hice lo mismo: las corté en porciones y me fui a esa esquina céntrica de mi ciudad. Estuve como cuatro horas, pero las vendí todas. No me quedó ni una porción. Regresé a casa súper feliz.

Al otro día, preparé de nuevo dos tartas y puse un cartel: 'Se venden tartas enteras o por porción'. Mi vecina se acercó y me pidió si podía prepararle una para llevar a su familia.

Los vecinos y la gente que pasaba veían el cartel y me preguntaban si me quedaba tarta para venderles. Yo, feliz y encantada, les servía su porción para llevar. Parecía que todo iba bien, a pesar de que muchas veces quise tirar la toalla.

Seguí preparando tartas. Con el dinero que ganaba, invertía en más materiales para hacer aún más. La verdad, empecé un curso de pastelería al que iba con mi hija, que entonces tenía seis meses. Pagué el curso y aprendí, emprendí y seguí adelante.

Continué trabajando desde casa y contraté a una chica que me ayudaba unas horas al día. Al final, pude alquilar un local en el centro de mi ciudad. El arriendo es un poco caro, pero puedo pagarlo.

Mi hija ya tiene cinco años y la envío a un colegio privado. Pude contratar a dos personas más que me ayudan; ellas no son empleadas, son como de la familia.

Al final, el que me abandonó perdió su trabajo, su mujer lo engañó y lo abandonó a él. Yo sigo saliendo adelante, feliz. Lo mejor que me pasó fue su abandono; eso me ayudó a sacar a mi hija adelante y, gracias a eso, hoy no nos falta nada. Tenemos todo y mi negocio funciona todos los días. Nunca hay que darse por vencido, hay que luchar por los sueños, y les aseguro que se cumplen.

Me encuentran como Dulces Eli."

 



 

 

 

 

 

 

 

 

"La odisea de una ecuatoriana en busca de un futuro en España"

Soy María de los Ángeles, ecuatoriana. Hace siete años, me mudé a España en busca de un futuro mejor. Conseguí trabajo como empleada doméstica en una casa de familia. Al principio, todo parecía ir bien, aunque la familia no era muy simpática, me trataban con respeto.

Poco después, me ofrecieron trabajar de lunes a sábado, con los domingos libres, y vivir en su casa. Acepté, ya que me permitiría ahorrar tiempo y dinero. Sin embargo, los problemas no tardaron en aparecer.

Me habían prometido regularizar mi situación migratoria, pero pasaban los meses y no cumplían su promesa. Además, la carga de trabajo aumentó considerablemente. La familia era numerosa, con cuatro niños y dos adultos, y poco después se mudaron la hermana y el esposo de la señora.

Los niños eran malcriados y me trataban con desprecio, llamándome "india" y otros insultos. Los adultos no hacían nada para corregirlos, e incluso se unieron a los insultos. Me sentía atrapada, sin papeles y sin escapatoria.

Los domingos, mi único día libre, también comenzaron a exigirme trabajar. Me negué, pero me amenazaron con enviarme de vuelta a Ecuador. La situación se volvió insostenible. Trabajaba largas horas, a veces hasta medianoche, y me pagaban la mitad de lo acordado, argumentando que el resto era por vivir en su casa.

Un día, la señora me abofeteó y me amenazó nuevamente con deportarme. Me sentía agotada física y mentalmente. Un domingo, mientras caminaba por un parque, me senté en un banco y me puse a llorar.

Una señora que paseaba con su familia se acercó y me preguntó qué me pasaba. Le conté mi historia y ella, indignada, me ofreció su ayuda. Fuimos a la casa a recoger mis pertenencias y luego denunciamos la situación a la Guardia Civil. Gracias a su apoyo, pude regularizar mi situación y conseguir un nuevo trabajo en una tienda.

Hoy, soy feliz y estoy agradecida con la familia que me ayudó. He ahorrado dinero, compré una casa en Ecuador y planeo regresar en dos años para iniciar mi propio negocio.

Mi experiencia me enseñó que no todas las ofertas de trabajo en España son honestas. Muchas personas se aprovechan de la vulnerabilidad de los inmigrantes. Pero también aprendí que la bondad y la solidaridad existen.

Gracias, Paloma, por dar voz a historias como la mía.

 

 

 

 

Entrevista a una empresaria colombiana en los Países Bajos

 Hola, estamos aquí con María Eugenia, una emprendedora colombiana. ¡Hola, María Eugenia! Es un placer tenerte aquí. Gracias por la invitación, Paloma.

Cuéntanos, ¿qué te trajo desde Colombia hasta Países Bajos?

La necesidad. Soy médico pediatra de profesión, pero la situación en Colombia era muy difícil, por eso decidí venirme.

¿Viniste sola o con tu familia?

Vine con mi esposo y mis 2 hijos. La situación en Colombia era insostenible. Trabajábamos los dos todos los días y aun así no lográbamos salir adelante. Mi esposo consiguió trabajo aquí, obtuvo sus papeles, y a través de él, mis hijos y yo también pudimos regularizar nuestra situación.

 ¿Cómo surgió la idea del negocio? ¿Solo hacen arepas o tienen más platos?

 Ofrecemos una variedad de platos colombianos, incluyendo arepas, bandeja paisa, patacones, arroz con pollo y muchos más.

Qué bueno! Imagino que tienen muchos clientes.

Sí, muchísimos. Tenemos nuestro propio restaurante, que abrimos hace un par de años, y nos va muy bien.

 ¡Me alegra mucho escuchar eso! Definitivamente pasaré por tu restaurante uno de estos días.

 Cuando quieras, Paloma. La casa invita.

 Gracias. Fue un placer tenerte aquí hoy.

Gracias a ti, Paloma.

 

 

 

Entrevista con Laura, Emprendedora Argentina en Bruselas

 Hoy  tengo el placer de conversar con Laura, una emprendedora argentina que ha construido su sueño en Bruselas, Bélgica. Bienvenida, Laura.

Muchas gracias, Paloma, es un placer estar aquí.

Laura, tu historia es realmente fascinante. Cuéntanos, ¿cómo fue que tomaste la decisión de mudarte a Bélgica?

Bueno, en Argentina la situación era muy difícil. No encontraba trabajo estable, vivía en un pequeño apartamento de alquiler y el costo de vida era altísimo. Sentía que no podía avanzar. Así que, decidí buscar nuevas oportunidades en Bélgica.

 ¿Llegaste sola o tenías algún conocido aquí?

Afortunadamente, tenía amigos en Bélgica. Ellos me compraron el billete de avión y me recibieron en su casa.

Al llegar, ¿cuál fue tu mayor preocupación? Sin duda, los trámites para obtener los papeles. Sabía que era complicado conseguir la documentación en Europa.

 Y, ¿cómo lograste obtener tus permisos?

Conseguí un permiso de trabajo y empecé a limpiar casas de familia. Trabajaba diez horas al día. Con lo que ganaba, ayudaba en casa y ahorraba todo lo posible.

 Adaptarse a un nuevo país, idioma y costumbres no es fácil. ¿Cómo fue ese proceso para ti?

 Al principio fue duro, pero después de diez años en Bélgica, manejo el idioma con fluidez y me siento integrada.

Qué admirable! Y, ¿cómo surgió la idea de crear tu propio negocio?

 Mientras ahorraba, pensaba en qué tipo de negocio podía emprender. Siempre me gustó la costura y decidí crear muñecas de tela. Con mis ahorros y un préstamo bancario, lancé mi propia marca.

¿Cómo fueron los inicios?

Difíciles. Llevaba mis muñecas a ferias y mercados, pero al principio vendía muy poco. Llegué a vender solo diez de cincuenta muñecas. Pero no me rendí. Me repetía: "Puedo lograrlo, me lo merezco".

 ¿Qué te motivaba a seguir adelante a pesar de las dificultades?

Sabía que quería algo más que limpiar casas. No es un trabajo deshonroso, pero aspiraba a más.

 ¿Cuál fue el momento donde decides seguir ?

 Una señora le compró una muñeca a su hija y a sus amigas les encantaron. Me hicieron un pedido de más de diez muñecas y me sugirieron crear una página web para promocionar mi negocio. A partir de ahí, las ventas aumentaron muchísimo.

¡Qué gran cambio! ¿Cómo es tu negocio ahora?

Tengo un local pequeño, pero muy rentable. Gano seis veces más de lo que ganaba limpiando casas.

Tu historia es una gran inspiración para mujeres que sueñan con emprender. ¿Volverías a Argentina?

No, aquí tengo mi vida. Bélgica me abrió las puertas y me brindó oportunidades que no tenía en Argentina.

Laura, tu historia es un ejemplo de perseverancia y superación. Gracias por compartirla con nosotros.

 Gracias a ti, Paloma, por darme la oportunidad de contar mi historia. Espero que inspire a otras personas a perseguir sus sueños. Y sí, ¡espero volver pronto para contarles sobre la apertura de nuestro nuevo local en Bruselas!

Por supuesto! Las puertas están abiertas para ti. Fue un placer conversar contigo.

Igualmente, Paloma.

 

 

 

 

 

 

 

 

Entrevista a Ana, una emprendedora  Peruana en Paises bajos

Hola a todos.
Hoy estoy aquí para entrevistar a una mujer guerrera, una luchadora incansable. Tengo el placer de conocer en persona a Ana, una mujer peruana radicada en Países Bajos. Ana, cuéntanos, ¿qué te trajo a Países Bajos?"

Bueno, tuve algunos problemas en Perú y tuve que dejar mi país. Me quedé sin trabajo, con 3 niños a mi cargo, y no tenía manera de salir adelante. Mi marido me abandonó cuando nació mi hijo pequeño, y desde entonces no lo he vuelto a ver."

¿ Ypor qué elegiste Países Bajos?"

"Aquí tengo una prima, que fue quien me apoyó para llegar a Países Bajos."

"¿Cómo fue tu llegada a Países Bajos? ¿Te costó la adaptación?"

Sí, bastante, muchísimo. Llegué aquí sin papeles, sin permiso para trabajar. Vivía con miedo de ser deportada, porque si volvía, ya no tenía casa ni nada, ya que vendí mi casa para viajar hasta aquí."

 "¿Y la adaptación de los niños cómo fue?"

"Difícil. Como te digo, mis hijos eran pequeños cuando llegamos aquí, pero se acostumbraron. Ahora hablan muy bien el idioma, estudian. Uno de ellos estudia medicina, otro contabilidad, y el pequeño quiere ser abogado."

¡Qué bueno! Me parece fantástico. ¿Cómo conseguiste el permiso de trabajo en Países Bajos?
 Fue  muy difícil conseguir el permiso. Conocí a un señor, que a día de hoy aún es mi esposo, él me ayudó a arreglar el tema de mis papeles. En Perú, no tenía nada, una vida de malos tratos por parte del padre de mis hijos: insultos, golpes, ofensas. Llegué aquí y todo cambió. Fue muy difícil, pero hoy puedo decir que lo conseguí, pude salir adelante. Conocí gente buena que me apoyó en todo."

¿Y cómo surgió la idea de tu negocio? Un negocio que funciona muy bien, por lo que me has contado."

Bueno, siempre soñé con tener algo propio, un emprendimiento, lo que fuera, pero que fuera mío. Lo pensé un tiempo y dije: 'Es tiempo. Es tiempo de tener mi negocio, por pequeño que sea, es mío'. Si te cuento, cuando saqué mi producto, fue todo un éxito. Eran unas tazas simples, pero hechas con amor. Pedí el permiso y empecé a crear mis productos."

 "¡Ah, genial! Te felicito. Me alegra mucho escuchar a personas como tú, que a pesar de haber pasado tanto en la vida, luchan para cumplir sus sueños. ¿Y al final, es todavía un éxito tu negocio, verdad?

Sí, sí, va de maravilla. Hacemos tazas, macetas, objetos de decoración y más cositas. Y la verdad, nos va genial. Ahora tengo cinco empleadas trabajando conmigo en mi tienda, que al principio era un espacio pequeño en mi casa, donde yo creaba mis productos. Ahora tenemos una tienda enorme, y cada producto es hecho a mano y con mucho amor. Creo que por eso se venden tanto."

"De verdad, me alegra mucho todo lo que has logrado. Te traje un regalito."

¿Para mí? A ver qué es. ¡Ah, qué hermoso regalo! Muchas gracias, qué preciosas tazas y las macetitas, bellísimas. Muchas gracias.

 "Fue un placer entrevistarte."

"Igualmente, Paloma, me encantó conocerte."

 

Entrevista a Ana una emprenderors en Paises bajos

Entrevista: Más allá de los límites

Ontdek de kracht van vrouwelijke ondernemers in het verhaal van Escritora Paloma López Montreal. Laat u meeslepen door inspirerende verhalen en leer hoe deze vrouwen de wereld veranderen.

Verleg grenzen

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Empoderamiento.

No subestimemos la fuerza transformadora del emprendimiento femenino. Descubre cómo estas mujeres, a través de sus relatos de vida y la superación de obstáculos, se convierten en fuente de inspiración y empoderamiento para sí mismas y para otras.

 

Inspiración: Historias Reales de Emprendedoras

Inspírate con las experiencias de mujeres que han marcado la diferencia. Aprende cómo sus historias pueden motivarte a utilizar tu propio potencial y cumplir tus sueños. Mujeres que han salido de la pobreza extrema, como la escritora Paloma López, demuestran que todo es posible.

Paloma López vivió una infancia muy dura, llena de carencias, pero desde pequeña tuvo sus objetivos claros: salir adelante. Hoy, es un ejemplo de superación, resiliencia y empatía. Además de escritora, es pintora de cuadros abstractos, artesana y creadora de sus propios productos de cosmética natural. Un corazón como no hay dos.

A pesar de un pasado lleno de dificultades y extrema pobreza, Paloma ha logrado cumplir sus sueños y metas gracias a su fuerza de voluntad incansable. Ahora, se dedica a ayudar a otros, motivándolos a alcanzar sus propios sueños. Si Paloma pudo salir adelante, todos podemos hacerlo.

 

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